lunes, 24 de junio de 2013

LA INFLUENCIADE LAS PALABRAS EN EL ARROZ COCIDO

(Experimento llevado a cabo en 3º A, basado en la física cuántica)
(Texto: Nadia Guillén y Candela Aragón)
                El 22 de abril Pepe, nuestro profesor, trajo a clase dos botes iguales de arroz cocido. Todos nos quedamos sorprendidos porque, como a veces a Pepe se le ocurren ideas muy originales, no sabíamos de qué se trataba.
            Empezó a hablar y nosotros nos quedamos callados y escuchamos intrigados. Cuando llevaba dos minutos hablando empezamos a hacerle preguntas como locos. Nos dijo que íbamos a hacer un experimento consistente en comprobar la influencia de las palabras en el arroz cocido. Le dio un bote a Nadia Guillén para que fuera pasándolo por toda la clase y que cada uno escribiera adjetivos positivos en un papel que había pegado alrededor del bote. Cuando acabó la ronda le dio el otro bote para que pusiéramos adjetivos negativos. En lo positivo escribieron adjetivos como: maravilloso, espléndido, sabroso, bueno, riquísimo… En el negativo: apestoso, asqueroso, malo, caducado, guarro… Cuando acabamos de escribir todo Pepe metió los dos botes en un armario.
            Al cabo de un mes los sacó y nos los dejó ver para que viéramos si había alguna diferencia entre ellos.  Y observamos que…
-          Me he quedado sorprendido al ver echar la misma cantidad de arroz y al cabo de un mes uno estaba más caldoso que el otro. Además el más caldoso olía peor que el que estaba menos caldoso. (Víctor Aparicio).
-          Me he quedado sorprendido porque había lo mismo en los dos botes y en un mes uno era más líquido y olía a vinagre y el otro olía a aves. Lo de las palabras es increíble. El que tenía más caldo olía peor y el que tenía poco caldo estaba duro olía mejor y estaba menos deshecho. (Daniel Rocatín).
-          Me he sorprendido porque he visto que si a un bote le pones adjetivos positivos y a otro negativos, los dos han estado en el mismo armario y al cabo de un mes han cambiado: el que tenía escritos adjetivos positivos olía mejor que el que los tenía negativos. Yo en ese momento me he quedado superalucinado. (Alberto Freire).
-          El arroz donde hemos puesto las palabras negativas olía a queso podrido y además tenía mucho caldo. El de las palabras positivas tenía menos caldo y olía bien. Me ha parecido que ha salido mejor de lo que pensaba. Las palabras son mágicas y el experimento ha salido genial. (María Latorre).
-          En el positivo había un poquito de caldo y tenía un olor como a queso, un poco podrido. En el negativo olía a calcetines usados  sin lavar, tenía un olor nauseabundo. (Nadia Guillén y Candela Aragón).
De esta forma hemos podido observar la influencia de los adjetivos positivos
y negativos en los dos tarros de arroz cocido.